“Quiero que le demos un aplauso de apoyo, de estímulo,
al nuevo vicepresidente, que es Nicolás Maduro”, dijo Chávez durante el
acto celebrado en una carpa anexa al Consejo Nacional Electoral (CNE),
en Caracas.
Maduro se encuentra a la cabeza del Ministerio de Relaciones
Exteriores desde agosto de 2006 y sustituirá a Elías Jaua, quien el
viernes tiene previsto postularse a la gobernación del populoso estado
Miranda (norte) para los comicios regionales de diciembre.
El anuncio se produjo minutos después de que el CNE proclamara a
Chávez presidente reelecto de Venezuela para el periodo 2013-2019 tras
vencer en los comicios del domingo al gobernador opositor de Miranda,
Henrique Capriles Radonski, que el viernes se relanzará al cargo y se
enfrentará a su vez a Jaua.
“Quiero convertirme en el gran corrector de la comarca, pero llamo a
todos a ser correctores, necesitamos corregir muchas cosas (…) para
darle más fuerza y más vida al proyecto socialista”, expresó Chávez en
su discurso.
El gobernante, en el poder desde 1999, sostuvo que durante la campaña
presidencial, la oposición sobredimensionó “las fallas” de los
venezolanos por la inseguridad, la falta de empleo y el déficit de
viviendas, entre otros.
Pero a la vez, dijo que en respuesta a esos errores su gobierno debe mejorar su gestión en el nuevo mandato.
“Nosotros estamos obligados como gobierno y Estado a acelerar las
respuestas eficientes y la solución a los miles y miles de problemas que
aún perduran en el pueblo venezolano”, admitió el mandatario, que
acudió al acto acompañado de su hija Rosa Virginia y sus ministros.
El mandatario reiteró que su próximo gobierno también “debe ser un
periodo de mayor avance, de mayores logros, de mayor eficiencia en esa
transición del capitalismo, del neoliberalismo, al socialismo que es la
democracia”.
Precisamente en esa línea, Chávez anticipó algunos de sus proyectos,
como el lanzamiento de la “misión Mercosur”, organismo al que Venezuela
ingresó en julio.
Esa misión tendrá como cometido apoyar con “créditos y tecnología a empresas venezolanas que tengan perfil exportador”, dijo.
Asimismo, prevé potenciar el poder comunal trasfiriendo poco a poco a
las comunidades algunas funciones de gobernaciones y alcaldías. “Sólo
el pueblo salva al pueblo, pero necesita poder, un pueblo con poder
político y con poder de conciencia”, señaló.
Por otro lado, Chávez no desveló quién reemplazará a Maduro en la cancillería ni adelantó si habrá otros cambios ministeriales.
Para el director de la firma Datanálisis, Luis Vicente León, el
nombramiento de Maduro “era bastante predecible” y su designación “no
cambia en mucho el esquema” del gobierno, porque Jaua y Maduro
“representan el grupo ejecutivo operativo, conformado por líderes que
tienen mayor cercanía” al gobernante.
En cambio, la decisión “indica que podría ser un delfín en términos
de sustitución (de Chávez) en caso de que se necesitara”, agregó el
analista, en alusión a una eventual recaída del cáncer que le fue
diagnosticado en junio de 2011 y del que se ha declarado curado.
Un total de 8.136.637 de venezolanos, equivalentes al 55,26% de los
sufragios, votó por la reelección del mandatario -que asumirá el nuevo
mandato el 10 de enero- frente a los 6.499.575 de votos, igual a 44,13%,
obtenidos por Capriles Radonski, según el CNE.
Hombre de confianza
El canciller venezolano, Nicolás Maduro, nombrado el miércoles
vicepresidente del gobierno en sustitución de Elías Jaua, es uno de los
hombres de confianza de Hugo Chávez perteneciente al ala moderada y
considerado por analistas como uno de los posibles sucesores del
mandatario.
Maduro, de 49 años, ocupaba el cargo de canciller desde mediados de
2006, poco antes de que Chávez fuera reelegido en la presidencia para su
segundo mandato de seis años.
Previamente, este ex conductor de autobús y dirigente sindical había
sido presidente de la Asamblea Nacional (2005-2006), aunque su actividad
parlamentaria arrancó como diputado en 1999, como miembro del
Movimiento Quinta República (MVR), fundado por Chávez.
“Miren dónde va Nicolás, el autobusero Nicolás. Era chófer de autobús
en el metro, y cómo se han burlado de él”, dijo el miércoles Chávez al
nombrarlo en el nuevo cargo.
Así como Jaua, Maduro es considerado del ala moderada del círculo más
próximo al presidente venezolano, a diferencia de otros estrechos
colaboradores como Diosdado Cabello, un exmilitar que participó en el
fallido golpe de Estado que Chávez encabezó en 1992 y actual presidente
de la Asamblea Nacional.
Como canciller, Maduro adoptó al pie de la letra el discurso
“anti-imperialista” del presidente, hostil a Estados Unidos, así como la
defensa de los regímenes de Siria o del fallecido líder libio Muamar
Gadafi.
A la vez, participó en los procesos de integración regional
impulsados por Venezuela en los últimos años, como la Celac, así como en
las negociaciones con los nuevos socios político-económicos de
Venezuela, como China y Rusia.
En los últimos meses, durante la convalecencia de Chávez por un
cáncer detectado en 2011, el canciller adoptó un papel más protagónico
en la diplomacia venezolana, reemplazándolo en citas internacionales,
como la Cumbre de las Américas celebrada en Cartagena (Colombia) en
abril.
Su nombre fue uno de los que sonó con más fuerza como posible sucesor
de Chávez durante los meses en que el presidente luchó contra el
cáncer, del que ahora asegura haberse curado.
Chávez no desveló por ahora quién reemplazará a Maduro en el cargo.
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