El gobierno portugués entrega este lunes en el Parlamento los
Presupuestos Generales para 2013, los más austeros de su historia y en
los que se incluye una “enorme subida de impuestos”, en palabras del propio ministro de Finanzas luso, Vítor Gaspar.
La Asociación Sindical de Jueces ha anunciado que en caso de que el
documento se apruebe tal cual está –el gobierno cuenta con mayoría
absoluta en el Parlamento-, solicitarán la “fiscalización de su constitucionalidad”,
porque consideran que con estos presupuestos, el ejecutivo de Pedro
Passos Coelho “viola el principio de la capacidad contributiva del
sistema fiscal, previsto en la Constitución”.
El pasado jueves, el Consejo de Ministros luso aprobó la propuesta,
tras una maratoniana reunión de más de 20 horas que sirvió para redactar
los Presupuestos Generales con los que el gobierno de Lisboa pretende
cumplir sus compromisos de reducción del déficit el próximo año, un 4,5% del PIB.
Como ya había anunciado el propio ministro de Finanzas previamente, la
propuesta del gobierno se centra en una “considerable subida de todos
los impuestos”, que van a pesar, sobre todo, en los rendimientos de los
trabajadores portugueses.
En primer lugar, el gobierno de coalición de derechas ha optado por
reducir el número de escalones del Impuesto sobre el Rendimiento
Singular (IRS), similar al IRPF español, con lo que se aumenta la tributación de los trabajadores.
En concreto, los nuevos escalones variarán entre un 14,5% de IRS para
quien gane hasta 7 mil euros hasta el 48% para rendimientos anuales
brutos por encima de los 80 mil euros.
A esta tributación, el gobierno de Lisboa pretende añadir una sobretasa extraordinaria del 4% sobre el total de rendimientos,
que se descontará mensualmente. Los trabajadores que ganen a partir de
40.000 euros anuales pagarán un 45% de IRS y aquellos situados en el
último escalón, es decir, con salarios brutos anuales por encima de los
80.000 euros, pagarán, además de la sobretasa del 4%, un impuesto
solidario del 2,5%.
Para el fiscalista Samuel Fernandes de Almeida en declaraciones al Diário Económico, esta alteración en el IRS es un “ataque inaceptable a la clase media”,
ya que es impensable que las familias con rendimientos brutos anuales
de entre 20.000 y 30.000 euros tributen un 37% de sus ingresos”. Por
otro lado, el ejecutivo portugués ha recortado las deducciones fiscales y
ha aumentado otro tipo de impuestos de forma considerable, como es el
caso del Impuesto Municipal sobre Inmuebles (IMI).
“Si estos Presupuestos son aprobados, vamos a pedir que se abra una
fiscalización preventiva del documento en varias dimensiones, en
concreto, la que tiene que ver con la brutal carga fiscal que en general
van a sufrir los ciudadanos”, afirmó Mouraz Lopes, presidente de la
Asociación Sindical de Jueces, que considera que estos presupuestos
“atacan ferozmente a los portugueses y violan el principio de confianza
de los portugueses en el sistema fiscal”.
Protestas de los portugueses
Después de la fase de discusión, está previsto que los Presupuestos
Generales para 2013 se voten en el Parlamento el próximo 31 de octubre.
Para esa fecha, la Confederación General de Trabajadores Portugueses
(CGTP) ha organizado una nueva concentración frente a la Asamblea de la
República lusa, para protestar contra la austeridad y volver a pedir la dimisión del gobierno.
Así lo anunció este sábado, precisamente frente al Parlamento, el
secretario general de la CGTP, Arménio Carlos, durante la conclusión de
la Marcha contra el Desempleo, que durante la última semana recorrió
varias ciudades lusas. Centenas de miles de portugueses, en su mayoría
desempleados, desfilaron por la capital lusa para exigir al gobierno un
cambio de políticas y el fin de la austeridad, que para muchos ya ha
superado el límite de su capacidad de resistencia.
En esa misma línea se ha manifestado este sábado el ex presidente de
Portugal, Jorge Sampaio, que entiende que el actual jefe del Estado
portugués, Aníbal Cavaco Silva, debería llamar a los tres partidos
mayoritarios, Partido Socialdemócrata y Cristianodemócrata –actualmente
en la coalición de derechas- y Partido Socialista –principal partido de
la oposición- para formar una especie de gobierno de unión nacional que
pida a la troika “un plazo más alargado de tiempo y eventualmente más
dinero” para aliviar a las familias portuguesas, cada vez más agobiadas
por la austeridad, porque de otra manera, dijo Sampaio, “va a ser
inevitable la ruptura social”.
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