El repliegue de las representaciones de las comunidades autónomas en
el exterior que persigue el Gobierno central no va con Cataluña. La
Generalitat no solo no piensa cerrar oficinas, sino que planea
ampliaciones selectivas de su red, y su presidente, Artur Mas,
multiplicará su actividad en el exterior. Así lo ha dejado claro Mas
durante su viaje oficial a Brasil, que hoy toca a su fin. Mas ha
anunciado nuevas giras por todo el mundo para explicar el proceso soberanista catalán y practicar lo que denomina “diplomacia económica”.
La estructura exterior de la Generalitat apenas ha registrado
ampliaciones o reducciones con Artur Mas. Cataluña cuenta con cinco
delegaciones políticas en Bruselas, París, Londres, Berlín y Nueva York.
A estas se les suman 34 oficinas de promoción económica, cuatro
representaciones culturales y 10 oficinas de promoción turística. Mas
defiende esta red, incluso en plena crisis económica, por la importancia
de fomentar la internacionalización de las empresas catalanas y captar
inversión exterior. Precisamente ayer se jactó de no haber cerrado “ni
una sola de estas oficinas” y que las que sí han bajado la persiana lo
han hecho para abrir en otros países más atractivos para la economía
catalana. Esta afirmación no es exacta, pues el Gobierno de Convergència
i Unió cerró en 2011 su representación política en Buenos Aires por
exigencia de sus entonces socios del Partido Popular.
Mas también aseguró que el presupuesto de sus oficinas no disminuirá
porque insiste en que son útiles para sacar a Cataluña de la crisis. En
Brasil, la Generalitat está trabajando precisamente para ampliar su
presencia. Hace ya una década que el Gobierno catalán cuenta con una
oficina de promoción económica. Ahora Mas espera abrir una
representación turística. El argumento es que el pujante turismo
brasileño tiene Cataluña como principal destino dentro de España.
La acción exterior no solo se hará a través de las oficinas. Tras
varios viajes por Europa, algunos de ellos muy poco exitosos, la
Generalitat planea ahora misiones comerciales en países emergentes como
Brasil. Mas tiene previsto viajar a India, Sudáfrica y China.
El discurso de Mas en este tipo de viajes es similar y estudiado.
Incide en señalar que Cataluña lidera las exportaciones españolas y
suele comparar el PIB catalán con el de países de la Unión Europea como
Austria o Finlandia. Sus referencias a España son casi nulas y hace
hincapié en presentar a Cataluña como una “nación” o, directamente, como
“un país de Europa”. Las referencias a la internacionalización del
proceso soberanista catalán las deja para el momento de las preguntas de
los periodistas que le acompañan, o las transmite a través de
entrevistas en la prensa local, como la que ayer publicó el diario O Globo.
“No se puede ignorar la voluntad de los catalanes”, rezaba el título
con relación a la consulta soberanista. En la entrevista, Mas comparaba
la voluntad de los brasileños de decidir cambios políticos de fondo, con
la de los catalanes.
Esta frenética actividad ha comportado a Mas varios incidentes
diplomáticos. El viaje a Brasil lo ha organizado la Generalitat,
limitándose a “comunicar” a la Embajada la presencia del presidente en
el país. El embajador, Manuel de la Cámara Hermoso, ha acompañado a Mas
durante los actos institucionales. En uno de ellos, el presidente no
dudó en corregir la definición de “región” que el diplomático usó para
referirse a Cataluña. “Cataluña es más que esto, es una nación”,
insistió el presidente.
El encaje de Cataluña en España y la propuesta de reforma
constitucional aprobada por el PSOE en Granada serán debatidos el
próximo domingo en un consejo nacional extraordinario que ha convocado
el PSC.
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