Los antidisturbios dejan sus cuarteles y vuelven a la calle como
salidos del túnel del tiempo. Reaparecen cuestionados e investigados por sus cargas del 25-S
y su entrada en la estación madrileña de Atocha donde golpearon a
periodistas, a personas ajenas a los alborotadores y crearon el pánico
entre los viajeros. ¿Quiénes son y cómo se forman los miembros de las
Unidades de Intervención de la Policía (UIP)? ¿Quién ordena sus cargas?
¿Cómo deben usar su fuerza?
La UIP nació en 1989 para sustituir a las Compañías de Reserva del
Cuerpo de la Policía Nacional, que tenían un carácter militar. Sus 12
compañías están distribuidas por las comunidades autónomas más
estrategicas desde el punto de vista policial y cuentan con una Unidad
Central de Intervención en Madrid. Dos mil setecientos cuarenta y cuatro
hombres acuartelados, disponibles las 24 horas y siempre localizados
mediante un minucioso plan de concentración. Entre sus misiones está la
protección de los Reyes y de altas personalidades.
Para acceder a la UIP
hay que tener un mínimo de un año de permanencia en el Cuerpo Nacional
de Policía. En la preselección se tiene en cuenta si el candidato tiene
algún título de artes marciales, educación física, tiro o defensa
personal, protección civil, idiomas u otras titulaciones académicas. Las
pruebas de selección son físicas (natación, trepa, resistencia y
velocidad), técnicas (un supuesto operativo) y psicotécnicas (evaluación
de aptitudes y rasgos de personalidad). En estas dos últimas se le
considerará apto o no apto. “Aquí es donde caen la mayoría”, asegura un
agente.
Un curso intensivo de un mes en el Centro de Prácticas de La Enira,
en Linares (Jaén), es la prueba final en la que se decide si los alumnos
son aptos para ingresar en la UIP. Todos los miembros de la unidad se
reciclan una vez al año en este centro. Cada cuatrimestre se imparten en
las bases de las unidades 24 horas de materias jurídicas y policiales.
Todos los días los agentes dedican una hora a ejercicios de defensa
personal y otra a táctica y estrategia.
¿Quién decide una carga policial de la UIP? “Las cargas son ordenadas por la Delegación del Gobierno.
Ningún mando policial actúa por su cuenta sin la aprobación del
delegado del Gobierno”, responde un portavoz oficial de la Jefatura
Superior de Policía de Madrid. “En ocasiones el delegado del Gobierno
sigue instrucciones del director general de la policía o del secretario
de Estado para la Seguridad. Te piden tu aprobación y tú la das o la
deniegas. Yo siempre pedía que fuera proporcional y que se evitaran
heridos”, añade un exdelegado que pide que se omita su nombre. “Nosotros
teníamos un enlace policial de la delegación en el terreno. Él
informaba y la delegada tomaba la última decisión”, afirma una ex
subdelegada del Gobierno.
Las intervenciones de la UIP en grandes manifestaciones se siguen
desde un centro operativo instalado en la Jefatura Superior de Policía
de Madrid desde el que se visiona el desarrollo de la manifestación,
pero el 25-S Cristina Cifuentes, la delegada del Gobierno en Madrid,
coordinó el desarrollo de la manifestación junto a los mandos
policiales desde el palacio de los Marqueses de Borghetto, sede de la
delegación.
La orden de carga de los antidisturbios transcurre por una cadena que
va desde el inspector jefe a cargo de la unidad al jefe superior de
policía y delegado del Gobierno. No se produce una carga sin la
autorización política. “Depende del perfil de cada político el que la
cadena termine ahí o siga hasta el ministro del Interior. Un político
dando órdenes operativas se puede convertir en un peligro”, afirma un ex
alto funcionario.
“Los agentes de la UIP hacen lo que les mandan. Cuando el 15-M se les
dijo que aguantaran y aguantaron. Ahora se les dice que carguen y
cargan, El 25-S la delegada del Gobierno había dado la orden de cargar
si se rompían las vallas que rodeaban el Congreso”, asegura José María
Benito, portavoz del Sindicato Unificado de Policía (SUP).
Intervención mínima de la fuerza y menor lesividad para lograr
restablecer la seguridad ciudadana. Esa es la norma para cualquier
agente de la policía, pero a los antidisturbios de las Unidades de
Intervención Policial (UIP) que cargaron el 25-S en Madrid se les exige
todavía más: “Su superior capacidad de respuesta exige una especial
meticulosidad en el empleo progresivo de la fuerza y de los medios a su
alcance”, dicen sus normas básicas de actuación. La carga policial del
25-S acabó con un balance de 35 detenidos y 64 heridos, 27 de ellos
policías.
“Hay que verse ahí delante de un grupo de personas que te tiran piedras. Un policía infiltrado en la manifestación del 25-S
ha perdido el 30% de la visión de un ojo. Cuando fue a detener a uno de
los cabecillas empezaron a gritar: ‘¡madero!, ¡madero! y le golpearon”,
relata un agente. Cifuentes aseguró que el 25-S se recogieron 267 kilos
de piedras, tirachinas, punzones, bolas y escudos elaborados con tapas
de cubos de basura.
La policía reconoce que infiltra a agentes en las manifestaciones
para recoger información. Sus comunicaciones son en clave y los jefes de
las unidades efectúan “juicios críticos con objetivos didácticos”.
Los resultados de la información interna abierta a los agentes de la
UIP que intervinieron el 25-S con acciones desproporcionadas se
conocerán en varias semanas. Un portavoz policial asegura desconocer el
número de expedientes sancionadores que acumula estas unidades. “Están
agrupados y no podemos saber cuántos corresponden a estas unidades”,
afirma.
Chalecos anónimos
Las Unidades de Intervención Policial (UIP) dependen de la Comisaría General de Seguridad Ciudadana y están al mando de un inspector jefe. Las integran tres Grupos Operativos, cada uno de ellos compuesto por 50 agentes dirigidos por un inspector. Cada Grupo Operativo lo integran a su vez tres subgrupos de 15 agentes cada uno al mando de otro inspector. Los subgrupos se dividen en dos equipos de siete funcionarios dirigidos por un oficial.Cada agente dispone como material individual de una pistola, grilletes, defensa, chaleco anti-traumas, casco, silbato, máscara anti-gas y bastón anti-motines. Cuando se colocan el chaleco desaparece su identificación. Una reciente campaña ha recogido miles de firmas para obligarles a exhibir su número. El material colectivo lo integran, entre otras armas, escopeta Benelli lanza pelotas de gomas, un subfusil Z-70, escopeta Franchi, tres clases de escudos y Cetme. Los subgrupos operativos cuentan, además, con una cizalla y una maza. Entre otros materiales de las UIP destacan los botes de humo ATF cuyo uso está regulado.
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