Cada año miles de toneladas de pescado se tiran por la borda en alta
mar para cumplir con la legislación comunitaria. Se trata de los
denominados descartes de pesca, los ejemplares que una vez capturados
vuelven a lanzarse al mar, la mayoría de las veces muertos o con pocas
posibilidades de sobrevivir. Se devuelven al agua peces cuya pesca no
está permitida o cuya cuota asignada ya ha sido alcanzada. A veces su
tamaño es inferior a los límites legales establecidos o simplemente no
tienen valor comercial o su precio es inferior al de otras especies.
Esta práctica, que irónicamente se lleva a cabo para cumplir con una
legislación cuyo objetivo era proteger los océanos de la sobrepesca,
está acabando agravando la sobreexplotación que sufren los mares y
acabando con los recursos pesqueros. Lo denuncia el cineasta británico
Will Anderson en su documental 'Ni un pez por la borda' (HughŽs Fish Fight), que el pasado martes presentó en Madrid.
Los peces que se vuelven a lanzar al mar están ya muertos o heridos. |KEO Films.
La cinta es el eje principal de una campaña global internacional con
la que Anderson pretende concienciar a la población sobre este problema y
conseguir una reforma radical de las leyes de pesca europeas. En la
actualidad los europarlamentarios están negociando la nueva la Política
Pesquera Común de la UE, que debería concluir en 2013.
El documental fue proyectado en la Casa Encendida de Madrid, donde se
dieron cita representantes de ONG conservacionistas y algunos de los
rostros conocidos que respaldan esta campaña, como el meteorólogo Mario
Picazo y los actores Fernando Tejero y Ana Fernández. El documental,
de cincuenta minutos de duración, es un resumen de los cuatro episodios
de la serie de televisión que se emitió en Reino Unido en enero de
2011, y que fue galardonada con un premio BAFTA a la mejor serie
documental.
Un millón de firmas
Protagonizada por el chef Hugh Fearnley-Whittingstall
y con la colaboración de otros famosos cocineros británicos, como Jamie
Oliver, Gordon Ramsay y Heston Blumenthal, la serie ha logrado
introducir algunos cambios en Reino Unido, en cuyos mercados ha
aumentado la venta de productos procedentes de pesca sostenible y donde
los proveedores de atún se han comprometido a cambiar sus métodos de
pesca para evitar capturas accidentales de especies de tortugas o tiburones, según asegura Anderson.
"Muchísimas personas vieron la serie y se quedaron muy impresionados.
El problema con la pesca es que ocurre a muchos kilómetros de
distancia. No ves lo que pasa, a diferencia de la ganadería. Tenemos más
o menos una idea de lo que ocurre en el campo y de cómo se crían los
animales pero no de lo que ocurre en alta mar. Y de repente, vieron en
sus salones lo que ocurre con el pescado", explica Will Anderson durante
una entrevista con este diario. "Hemos recibido apoyos de toda Europa.
Más de 800.000 personas (unas 20.000 en España) han firmado ya la
petición para acabar con esta práctica en la web www.niunpezporlaborda.org",
añade. El objetivo es conseguir un millón de firmas antes de que acabe
el año y sobre todo, concienciar a la gente sobre este problema, del que
Wilson supo mientras buscaba temas para nuevos documentales.
"Me interesaba mucho que la gente supiera de dónde procede la comida
así que fue mientras buscabámos historias sobre la industria de la
pesca cuando me enteré de las prácticas que se llevaban a cabo en alta
mar, lanzando por la borda los descartes. Hasta entonces no había oído
hablar de ello", asegura. "Creo que la gente cada vez es más consciente
de que es necesario hacer elecciones más sostenibles si queremos seguir
teniendo pescado en el futuro".
Will Anderson, director del documental, posa en la Casa Encendida.| Carlos Alba/ KEO Films
Para Anderson es muy importante que los ciudanos sepan de dónde
procede el pescado que compra: "En Reino Unido la gente cada vez está
pidiendo más productos sostenibles y los supermecados están respondiendo
a esta demanda". No obstante señala que los británicos, a diferencia de
lo que ocurre en España y otros países mediterráneos, son muy
conservadores a la hora de comer pescado y casi siempre eligen salmón,
atún o bacalao: "En Reino Unido estamos intentando que se consuman otros
tipos de pescados. Pero el problema de los descartes se da en todos los
países europeos", asegura.
Aunque es imposible calcular con exactitud las cifras de descartes, se estima que en el Atlántico Nordeste la cantidad de pescado que se devuelve al mar supera el millón de toneladas cada año.
El documental relata la experiencia del chef Hugh
Fearnley-Whittingstall, que se sube a un barco pesquero británico para
comprobar con horror la gran cantidad de excelente pescado que a diario
se devuelve, ya muerto, al mar porque no está permitido desembarcarlo.
"A ninguno de los pescadores que he conocido les gusta tirar pescado por
la borda. Pero hay cierta preocupación o inquietud entre ellos sobre lo
que pasaría si se cambia la ley. La industria no puede continuar así porque nos vamos a quedar sin pescado. Y hay que tomar medidas ahora si queremos que haya reservas. Hay que lograr que se pesque de manera selectiva para evitar capturar los pescados que no interesan", asegura.
Reforma pesquera
Durante los últimos tres años, Will Anderson ha viajado varias veces a
Bruselas para informar a los eurodiputados sobre el problema de los
descartes. Aunque se esperaba que las negociaciones para aprobar la
reforma de la Política Pesquera de la UE concluirían a finales de 2012,
hasta 2013 no habrá acuerdo. "Cada diez años se reforma la política pesquera así que éste es el momento más adecuado para presionar.
Hemos visto algunos signos positivos en Bruselas, sobre todo por parte
de los países del norte", explica. No obstante, admite que "parte del
problema en la UE es que hay tantos países involucrados que es difícil
adoptar una decisión, ya que cada uno tiene su propia agenda".
En la actualidad, el cineasta está rodando la segunda parte de
'HughŽs Fish Fight', que se estrenará el próximo año en el Reino Unido y
está centrada en la necesidad de proteger las áreas marinas. "Seguimos
hablando de los descartes, pero también buscamos soluciones para otros
problemas que sufren los océanos. En la tierra tenemos muchos parques
nacionales y áreas protegidas, algo que no ocurre en el mar. La mayor
parte de la gente está de acuerdo en que cerrar a la pesca pequeñas o
grandes zonas del mar permitirá que las poblaciones se recuperen, y será
beneficioso también para los pescadores, que tendrán más pescado".
Filipinas, Tailandia, Reino Unido y la Antártida son algunas de las
zonas a las que ha viajado para rodar la nueva serie: "Queríamos ir a la
Antártida porque es uno de los pocos lugares que todavía no sufre
sobrepesca. Sin embargo, asegura que el impacto del turismo ya es
visible. A medida que la tecnología mejore se irá allí con más
frecuencia. Así que tenemos que crear más zonas protegidas en la
Antártida antes de que sea más tarde", reclama.
Ana Fernández, Fernando Tejero, Mario Picazo y Will Anderson. | Carlos Alba/KEO Films.
Anderson admite que para lograr extender el mensaje de la campaña ha
sido muy útil contar con el apoyo de famosos como los componentes del
grupo Coldplay, el multimillonario Richard Branson o el actor Stephen
Fry.
Concienciar a la población
Entre los rostros conocidos que respaldan en España la campaña están
Miguel Bosé, Adriana Ozores, María Adanez, Nacho Duato, María Pujalte o
Ana Belén. Como muchos ciudadanos, la actriz Ana Fernández aseguró que
antes de participar en esta campaña, desconocía lo que eran los
descartes de pesca. Fernando Tejero, sin embargo, explicó que su familia
se ha dedicado a la venta de pescado al por menor, y él mismo, desde
que tenía 14 años, trabajó como pescadero durante varios años antes de
ser actor. Aunque conocía el problema de los descartes, admite que no
era consciente de la enorme cantidad de pescado que se descarta. Hay
falta de información y el consumidor debe exigir estar informado. Nadie
debe quedarse con los brazos cruzados. Me parece atroz que que se tiren
al mar toneladas de pescado cuando hay gente que está pasando hambre",
asegura.
Tejero, que se define como "animalista", es un colaborador habitual
de campañas de concienciación ambiental. "Me preocupa que por los
intereses económicos que imperan se nos olvide que debemos cuidar el
mundo en el que vivimos. Estamos acabando con las especies, ya sea por
los descartes o por vertidos. Y esto es una pequeña gota en un vaso de
atrocidades".
Los pescadores seleccionan los descartes que tirarán por la borda. | KEO Films
El meteorólogo Mario Picazo, por su parte, recordó su experiencia en
alta mar junto al chef Sergi Arola a bordo de un barco pesquero español,
desde el que fueron testigos de una práctica que se repite a diario en
miles de embarcaciones de toda Europa.
Elegir métodos de pesca sostenibles
Para los ecologistas que acudieron a la presentación, el documental 'Ni un pez por la borda' no recoge o no profundiza en algunos aspectos clave sobre los descartes,
como la importancia de potenciar los métodos selectivos de pesca para
acabar con este problema. Y es que, según denuncian, en ocasiones son
los propios pescadores los que optan por arrojar al mar las capturas de
especies con menor valor comercial. Un problema que no se da cuando se
opta por métodos de pesca sostenibles.
"Los barcos de arrastre están acabando con los stocks. Hay muchas
maneras de pescar y el 80% de los pescadores españoles lo hacen de forma
sostenible, sin generar descartes y generando empleos", aseguró Celia
Ojeda, responsable de océanos y pesca de Greenpeace.
En la misma línea, Lydia Chaparro, responsable de pesca de Ecologistas en Acción, recordó que los mares están sobreexplotados y abogó por una transición ordenada hacia pesquerías selectivas. Asimismo, reclamó que el etiquetado de los productos pesqueros incluya información sobre su procedencia para que el consumidor pueda elegir.
Por su parte, Javier López, científico marino de Oceana,
apuntó que detrás de la mayor parte de los descartes en España hay
razones económicas, pues "se conservan las especies de más valor y se desperdicia pescado que podría ser comercializado".
Además, destacó que los pescadores pueden elegir qué arte usar y optar
por un método selectivo que no genere descartes. En su opinión, para
lograr una solución "hay que resolver el problema desde el origen,
reduciendo las capturas no deseadas". Además, considera que permitir que
se desembarquen en el puerto todas las capturas tampoco es una
solución.
Pep Arcos, responsable del programa marino de Seo/Bird Life,
admitió que, a nivel europeo, la pesca es un asunto complejo y en
ocasiones, las medidas que se implantan para buscar una solución acaban
pervertiendo: "Buscar soluciones sencillas es muy difícil. La política
de cuotas estaba dirigida a lograr una pesca más sostenible. Pero
seguramente por presiones de la industria se han puesto cuotas de desembarco, en lugar de cuotas por capturas,
lo cual es irracional", añadió. Asimismo, considera que "la prohibición
absoluta de los descartes puede llevar a un esfuerzo de pesca aún
mayor".
El conservacionista aprovechó para recordar que además de los peces, los descartes causan otras víctimas, como las numerosas aves y otras especies marinas que mueren al quedar atrapadas en las redes cuando se pesca mediante métodos no selectivos como el arrastre.
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