Al Jazeera
Traducido para Rebelión por Germán Leyens |
Al contemplar la
logística de una posible guerra con Irán, es útil consultar mapas que
indican la multitud de bases militares de EE.UU. que cercan a un país
que ya sufre devastadoras sanciones económicas.
No existen medios visuales semejantes que muestren bases iraníes en la vecindad de EE.UU., por motivos obvios.
Sin
embargo, hay diversas maneras de compensar la falta de una amenaza
iraní aparente en el hemisferio occidental. Una de ellas es culpar a la
“invisibilidad”.
Por ejemplo, un reciente titular de la web del tabloide TheBlaze
proclamó: “Irán recluta agresivamente un ‘ejército invisible’ de
conversos latinoamericanos para infiltrarse en EE.UU. a través de su
‘punto débil’ de la frontera sur”.
TheBlaze –fundado
por el comentarista político Glenn Beck, quien ha calculado de alguna
manera que el 10% de los musulmanes son terroristas– atribuye la noticia
del “ejército invisible” a “funcionarios y expertos de la seguridad
nacional estadounidenses”.
Por supuesto, semejantes
alertas han estado circulando durante años por cortesía de
neoconservadores, sionistas, y otras criaturas preocupadas de que la
República Islámica estaría exportando enseñanzas chiíes radicales a
Latinoamérica y de que la supuesta proliferación de tatuajes en persa
entre miembros de pandillas encarcelados en el sudoeste de EE.UU.
confirma la susceptibilidad de la frontera entre EE.UU. y México para la
penetración por parte de Irán.
Según TheBlaze, el
“ejército invisible” se está forjando a través de “una web en
particular”: islamoriente.com. Como la web no es accesible actualmente,
parece que la implacable campaña de conversión se ha bloqueado
temporalmente, aunque la cuenta de Twitter de islamoriente [Sp] sigue
esparciendo una retórica peligrosa como "Oposición de la mayoría de los
estadounidenses a la intervención militar en Siria”.
El artículo de TheBlaze
cita a un “funcionario estadounidense” razonando: “Ahora lo que [Irán]
desea es un grupo terrorista sustituto que pueda deslizarse fácilmente
más allá de la seguridad fronteriza de EE.UU. ¿Quién va a sospechar que
un inmigrante ilegal de Venezuela, México, o en realidad de cualquier
otro sitio, pueda ser un yihadista?”
Como si los inmigrantes no tuvieran suficientes problemas antes de ser arrojados a la categoría de potenciales yihadistas.
Latinoamericanos con "obsesión demencial" por el islam
“Funcionarios y expertos estadounidenses” anónimos también destacan en un informe del Washington Post de agosto titulado “Con el cebo de clases de religión, Irán trata de reclutar latinoamericanos”.
El
artículo se centra en la trayectoria de un exestudiante mexicano de
derecho llamado Carlos, quien viajó en 2010 a Irán con una beca del
gobierno iraní para instrucción intensiva en idioma español sobre el
islam y la cultura iraní.
Según el relato, las semillas
del trato se sembraron cuando Carlos asistió a una recepción en la
embajada iraní durante su primer año en la Universidad Nacional Autónoma
de México (UNAM). “Haciendo acopio de valor, se presentó a Mohammad
Ghadiri, el embajador iraní, y dijo repentinamente que le interesaba
aprender más sobre el islam”.
Y se fue al Instituto
Cultural de Pensamiento Oriental de Qom, donde vio que algunos de sus
compañeros de clase latinoamericanos se volvían “dementes obsesionados”
por el islam. Según Carlos, él mismo fue acusado por el personal del
instituto de espía y le confiscaron sus cámaras y grabadoras en marzo de
2011, después de lo cual volvió a México y actualmente se encuentra en
EE.UU. pidiendo asilo.
En la segunda parte del artículo del Post
leemos que “Carlos dijo que no observó intentos [iraníes] ostensibles
de reclutar estudiantes para lo que no fueran estudios”. El autor
también concede que el Departamento de Estado de EE.UU. “gasta
anualmente millones de dólares en viajes a EE.UU., patrocinados
oficialmente, para estudiantes extranjeros, así como para futuros
periodistas, políticos y dirigentes cívicos”.
Nada de esto ha impedido que el artículo se cite en TheBlaze como otra prueba de los esfuerzos de Irán para infiltrarse en el “punto débil” de EE.UU.
Otro
ítem de 2011 –que por coincidencia también involucra a un exestudiante
de Derecho de la UNAM a quien le confiscaron sus artefactos de grabación
y otros artilugios después de completar un curso de estudio en Irán–
subraya la permeabilidad del propio punto débil de Irán.
Este
estudiante en particular, llamado José Carlos García Tolentino, es uno
de los protagonistas de un pseudodocumental titulado La amenaza Iraní –que se transmitió por la conocida red de televisión estadounidense en español Univision.
La red es propiedad de Univision Communications Inc., cuyo presidente
Haim Saban hace cosas como organizar fiestas en honor de las Fuerzas de
Defensa de Israel [Ejército israelí].
Como parte de un
grupo de la UNAM que supuestamente se proponía denunciar los planes
iraníes de ciber-terrorismo y otros ataques a EE.UU. a través de
Latinoamérica, García Tolentino simuló que se convertía al islam con el
fin de viajar a Irán. En una entrevista en Univision con el título: “Así
me infiltré en Irán”, relata lo que averiguó en su viaje, por ejemplo:
que los iraníes quieren reemplazar todos los gobiernos del mundo por el
suyo y les encanta matarse y a otros en nombre de Alá.
El
intento del programa de presentar un cuadro casi apocalíptico de los
propósitos iraníes está en contradicción con lo que declara el
exembajador Ghadiri, quien afirma en la película que el contingente de
la UNAM propuso a su embajada un ataque a EE.UU. pero que “nos negamos…
me parecieron agentes de la CIA”.
El pobre desempeño del Departamento de Estado
Un
producto de la campaña para transformar a Irán en una amenaza directa
para EE.UU. es la “Ley para contrarrestar a Irán en el Hemisferio
Occidental de 2012”, aprobada en diciembre pasado, que requiere que el
Departamento de Estado evalúe y formule una estrategia para encarar la
conducta iraní en la región.
Según la evaluación
presentada por el Departamento en junio de 2013, “La influencia iraní en
Latinoamérica y el Caribe está disminuyendo”. No era evidentemente la
respuesta buscada por el autor de la ley, el representante Jeff Duncan,
presidente del Subcomité sobre Supervisión y Eficiencia Administrativa
en el Comité de la Cámara sobre Seguridad Interior.
Como ha señalado Jim Lobe, jefe de la Oficina de Inter Press Service en
Washington, Duncan –quien “habló en un panel sobre el apoyo cristiano
evangélico a Israel en la conferencia anual de AIPAC del año pasado”–
recriminó al Departamento de Estado sus conclusiones durante una
audiencia del subcomité en julio, titulada con indignación: “Amenaza a
la patria: La creciente influencia de Irán en el Hemisferio Occidental”.
Desde el punto de vista de Duncan, el departamento no ha
tomado en cuenta las conclusiones de un informe de 502 páginas del
fiscal argentino Alberto Nisman que, como señala Lobe, "se publicó (tal
vez no por pura coincidencia) solo un mes antes de que el Departamento
de Estado debía presentar su estudio”.
El resumen del informe especifica:
“Las actividades culturales, religiosas y propagandísticas realizadas por los agentes [de Irán] en el extranjero… tienen su último resultado [sic] en la construcción de estaciones de inteligencia con capacidad de suministrar apoyo logístico, económico y operativo a ataques terroristas decididos por el régimen islámico”.
Un
estudio de los antecedentes de Nisman, sin embargo, revela que su
credibilidad desapareció hace mucho tiempo. La determinación de Nisman,
fiscal a cargo de la causa del mortífero atentado de 1994 contra la
Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en Buenos Aires, de
responsabilizar a cualquier precio a Irán ha sido repetidamente
cuestionada por el galardonado historiador y periodista investigador
Gareth Porter, quien en un informe de 2008 para The Nation
cuestionó los motivos iraníes para perpetrar un atentado en Argentina
cuando los dos países estaban en negociaciones para reactivar los
contraros de tecnología nuclear suspendidos.
En informes
más recientes, Porter demuestra que la acusación de Nisman contra el
gobierno iraní en la causa AMIA se basó enteramente en afirmaciones de
Mujahedin-e-Khalq (MEK), una organización iraní virulentamente
antigubernamental con “una repulsiva historia de atentados terroristas
contra objetivos civiles en Irán”, y de un tránsfuga iraní descrito por
el exjefe de la oficina Hizbulá del FBI como un sujeto centrado en el
dinero y dispuesto a “suministrar testimonio a cualquier país en
cualquier caso que involucre a Irán”.
TheBlaze señala
que: “en agosto, el Departamento de Estado decidió ordenar un nuevo
estudio de la actividad terrorista iraní en Latinoamérica basado en [el
informe de Nisman] la estrategia terrorista de Irán en la región”.
Después de todo, no sería divertido ir a la guerra contra un ejército invisible si existiera en realidad.
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