La Sociedad Española de Neurología (SEN) estima que el 13% de los
españoles padece migraña y hasta un 2%, casi un millón, la sufre de
forma crónica, lo que hace que tengan dolores de cabeza más de 15 días
al mes.
Así lo aseguran con motivo del Día Internacional contra la Migraña
que se celebra este jueves, 12 de septiembre, recordando además que la
prevalencia es mayor en mujeres, ya que hasta un 18 por ciento padece
esta enfermedad neurológica y un 5% en su variante crónica.
Además, cada año, la incidencia de transformación de una migraña
episódica (14 días o menos de crisis al mes) a una crónica es de un 3%, y
un 6% pasa de una migraña episódica de baja frecuencia (1-9 días al
mes) a una de alta frecuencia (10-14 días al mes).
Esta incidencia tiene una importante repercusión en quienes la
padecen, ya que provoca discapacidad al 42,5% de los pacientes y, sólo
en absentismo y pérdida de productividad laboral, supone un coste anual
de 2.000 millones de euros.
Aunque los factores de riesgo para desarrollar migraña son genéticos,
existen una serie de aspectos que pueden ser modificados para no
favorecer la progresión de la enfermedad.
"Abusar de los analgésicos y de la cafeína, tener malos hábitos
higiénico-dietéticos, padecer obesidad y la ausencia de un tratamiento
preventivo, pueden favorecer su progresión", señala David Ezpeleta,
coordinador del Grupo de Estudio de Cefaleas de la SEN.
Por ello, desde esta sociedad científica se insiste mucho en
"recordar la importancia de que los pacientes consulten su caso con los
especialistas -ya que se estima que un 20-25% de los pacientes con
migraña nunca han consultado su dolencia con el médico- y mejorar el
tiempo de diagnóstico.
El retraso en el diagnóstico de la migraña crónica, por ejemplo es de
unos 28,5 meses, ha avisado este experto, que aboga por "tratarla con
más celeridad".
En cuanto a las causas de la enfermedad, los principales
desencadenantes de las crisis de migraña suelen ser el estrés, en casi
un 60 por ciento de los casos; el ciclo menstrual (en mujeres, 51%);
cambios en el ritmo de sueño (35%); ayuno prolongado (16%) y consumo de
alcohol (10%).
La dieta también influye
En un 10% de los casos las crisis pueden venir originadas por la
ingesta de algún alimento concreto, aunque no todas las personas que
padecen migraña reaccionan de la misma forma ante el mismo alimento, por
lo que sólo se aconseja evitar aquellos que el propio paciente haya
identificado como generador de crisis.
"Llevar un ritmo de vida regular, una buena higiene del sueño y
evitar todas las circunstancias reconocibles por el paciente que pueden
desencadenar las crisis, es el primer paso para reducir su frecuencia,
intensidad y duración", comenta Ezpeleta.
Por otra parte, defienden que el tratamiento sintomático debe
individualizarse según el tipo o tipos de crisis y su intensidad. "Pero
hay que tener en cuenta que se trata de pacientes que precisarán
frecuentes visitas y ajustes en su tratamiento, sobre todo en el caso de
pacientes con migraña crónica", defiende.
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