China ha detenido a 900 personas relacionadas con un nuevo escándalo
en la seguridad alimentaria. Las autoridades de Pekín les acusan, entre
otras cosas, de vender carne de rata o zorro como si se tratara de buey o
cordero, con lo que han ganado más de un millón de euros. La operación,
que se ha alargado durante más de tres meses, se suma a una cadena de
escándalos que han disparado la preocupación pública con casos como el
aceite de cocina reciclado o la leche en polvo para bebés.
Hubo "382 casos de carne inyectada con agua, falsos corderos y
bueyes, carne de animales enfermos [y] otros productos cárnicos tóxicos y
dañinos", según publica la página web del Ministerio de Sanidad chino.
"904 sospechosos han sido detenidos, más de 20.000 toneladas de varios
tipos de carne falsa o manipulada han sido confiscados", añade.
Los crímenes oscilan desde la venta y manipulación de productos en la
provincia de Jiangsu, en el este del país, donde varios de los
detenidos producían carne falsa de cordero a partir de zorro, rata y
productos químicos, hasta otros, en la provincia de Guizhou (sureste),
que mezclaban una solución de peróxido de hidrógeno con garras de pollo.
El escándalo se ha convertido rápidamente en uno de los temas más
candentes en la popular página de microblogging Sina Weibo, un servicio
similar a Twitter. "Se puede hacer cualquier cosa cuando desaparece la
humanidad", dice un usuario. "Ya somos casi inmunes a cientos de
venenos, ¿tendríamos que dar las gracias a los fantásticos hombres de
negocios?", se pregunta otro.
El ministerio de seguridad pública dice que el descubrimiento de la
estafa forma parte de una operación más amplia sobre seguridad
alimentaria, desde el descubrimiento en marzo de miles de cerdos muertos
flotando en un río de Shanghái hasta el problema de los residuos del
petróleo. En China se puede comprar aceite reciclado hecho de manera
ilegal a partir de los restos de restaurantes a un precio muy reducido
en todo el país.
Uno de los mayores escándalos de seguridad alimentaria en China estalló en 2008, cuando se detectó melamina química industrial en productos lácteos para bebés que provocó la muerte de al menos seis niños e infectó a unos 300.000.
En otro incidente más reciente, la cadena de comida rápida
norteamericana KFC recibió numerosas críticas tras la revelación de que
uno de sus proveedores vendía pollo con altos niveles de antibióticos,
en lo que parecía ser una práctica que se ampliaba a toda la industria.
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