Son los volcanes submarinos más profundos y calientes descubiertos en
la Tierra. Se encuentran a casi 6.500 metros de profundidad, en la fosa
de las Caimán, en el Caribe, y alcanzan temperaturas de hasta 400 grados centígrados. Científicos de la Universidad de Southampton y el Centro de Oceanografía Nacional
de la ciudad han desarrollado un robot submarino con el que recoger
muestras de estas 'chimeneas' y rodar imágenes en alta definición. Los
resultados son más que fascinantes, tanto en geología como en biología
marina.
A semejantes profundidades, en condiciones extremas, habitan especies
nunca antes vistas. Desde gusanos de tubo gigante hasta una especie de langostinos ciegos que ha desarrollado un órgano para detectar el calor extremo que emiten estas fumarolas hidrotermales. Sobreviven en estrechos márgenes cerca de los conductos, que alcanzan en muchas ocasiones los 10 metros de altura, y donde la diferencia de calor es de casi 400 grados entre el agua expulsada por los fumaderos y el agua de alrededor.
El robot submarino (bautizado como ISIS) ha alcanzado los 5.000 metros de profundidad,
filmando todo lo que observaba, lo que ha permitido a los
investigadores desentrañar más aún las profundidades del mar. "Esto nos
está enseñando lo poco que sabemos. No es sólo una cuestion de gran
interés científico, sino que revela la majestuosidad de nuestro planeta
en regiones que han estado ocultas durante mucho tiempo", asegura Jon
Copley, del Centro Oceanográfico Nacional, en Gran Bretaña.
Vida en condiciones extremas
En tales abismos la presión es tan sumamente alta (supera los 500 atmósferas, es decir, 500 veces más que a nivel del mar)
que los fluidos de los conductos más profundos, como el de la
'chimenea' Beebe, en honor al naturalista que comenzó las inmersiones en
alta mar, no son ni líquido ni vapor, sino fluído supercrítico. Esto
impide que el agua pueda hervir, y permite que pueda difundirse como un
gas y a la vez disolver sustancias como un líquido. La mezcla de agua de mar y agua magmática
que expulsan los conductos consigue disolver metales en la profundidad
de la corteza terrestre y tarnsportarlos hacia el suelo marino, donde
forman otros fumaderos hidrotermales y depósitos minerales.
Lás imágenes del robot también han permitido descubrir cómo se alimentan las especies que habitan en tales profundidades.
No sólo muchas de ellas se alimentan de los químicos que emiten las
fumarolas. Otros animales de las profundidades abisales consiguen
sobrevivir gracias a las caídas de productos orgánicos desde
profundidades menores, como bancos de medusas y esqueletos de ballenas. Cuando alcanzan las profundidades, los animales que las habitan se reúnen alrededor del festín.
Las fuentes hidrotermales de las profundidades marinas son las formaciones más extrañas e impresionantes de la geología marina. No se descubrieron hasta la década de los años 70,
y desde entonces ya se han descubierto más de 200 de ellas en todos los
océanos. Sin embargo, sólo fue hace 3 años cuando se descubrieron las
impresionantes fumarolas de la fosa de las Caimán, una gran abertura entre la placa tectónica Norteamericana y la del Caribe.
Rodar las profundidades marinas con cámaras no es algo nuevo. El
director norteamericano James Cameron ya se interesó por esas yermas
regiones en su filme 'The Abyss', donde un grupo de científicos de una
instalación petrolífera descendía hasta las profundidades abisales de la
fosa de las Caimán, y recientemente ha visitado la fosa de las
Marianas, de casi 11.000 metros de profundidad, donde ha rodado con cámaras en 3D . De su aventura submarina surgió el documental 'James Cameron: Viaje al fondo de la tierra' ,emitido por 'National Geographic'.
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