El Pentágono ha pedido a grupos mediáticos internacionales que no publiquen el contenido de los 500.000 documentos clasificados sobre la guerra que se filtró que Wikileaks tiene previsto divulgar en las próximas horas. Mientras, Julian Assange, el presidente de Wikileaks ha desmentido el anuncio de la publicación, asegurando que su organización puede publicar o no los documentos, pero a lo que no se dedicará es a emitir anuncios previos de ello.
De hecho, Assange ha criticado en un ambiguo comunicado a todos los medios que se han hecho eco de esta filtración sin haber comprobado previamente la veracidad de la noticia, y ha sugerido que el rumor tiene la intención de dañar la credibilidad de su organización.
Inmune a estos argumentos, el Pentágono insiste en que los documentos comprometedores están a punto de salir del horno, y que Estados unidos impedirá que hagan daño a los implicados en las informaciones que revelan. El coronel David Lapan, portavoz del Pentágono, dijo este lunes que el Ejército de Estados Unidos está urgiendo "rotundamente" a Wikileaks a "devolver los documentos robados al Gobierno de Estados Unidos y a (...) que no los publique".
"Los medios deben ser precavidos y no facilitar la filtración de documentos clasificados de esta organización de dudosa reputación conocida como Wikileaks", señaló el portavoz del Pentágono. Lapan apuntó a que la crediblidad de Wikileaks depende de la credibilidad que den a los documentos los medios de comunicación.
Suecia niega a Assange la residencia
Los comentarios del Pentágono el lunes se produjeron el mismo día en que Suecia informó de que había denegado el permiso de residencia y de trabajo al fundador de Wikileaks, Julian Assange, quien está siendo investigado por supuesto acoso sexual y trata de establecerse en el país escandinavo para aprovecharse de sus estrictas leyes para la protección de la prensa.
Un equipo del Pentágono conformado por 120 personas ha revisado todos los documentos que se cree que Wikileaks tiene previsto publicar en las próximas horas, indicó Lapan. Dicho grupo está preparado para actuar con rapidez una vez que los documentos sean publicados, para verificar si son los mismos que pensaban y evaluar el daño que podrían causar, añadió.
El Pentágono espera que este equipo sirva para mitigar el daño que la filtración podría causar a sus fuentes de inteligencia y métodos de operaciones. La principal preocupación, aseguró Lapan, es la seguridad de los iraquíes nombrados en los documentos por haber asistido a las fuerzas de seguridad estadounidenses.
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