El asunto se remonta a julio de 2005. Ese verano Yolanda Pablo entró a trabajar como refuerzo en el restaurante con un contrato de 10 meses de duración. Durante ese tiempo la mujer entabló una relación sentimental con el cocinero del establecimiento. En febrero del siguiente año se quedó embarazada y en marzo se lo comunicó a José Luís Rodríguez.
El hombre le dio una semana de vacaciones y cuando volvió le pidió que perdiese la criatura si quería seguir en el restaurante, según el fiscal. "Me dijeron que no querían una persona embaraza porque daba mala imagen al restaurante", sostuvo ayer Yolanda en el juicio, que calificó el tono de su jefe de imperativo, según informa la Agència Catalana de Notícies. También denunció que la sometieron a trabajos poco recomendables en su estado cuando decidió seguir adelante con el embarazo, como cargar cajas de botellas.
"Al no haber atendido Yolanda a las presiones del acusado, el 4 de julio se dio por extinguido su contrato de trabajo, no recibiendo cantidad alguna de dinero como liquidación y finiquito", concluye el fiscal. El acusado, sin embargo, lo negó ayer. "El contrato temporal no se le renovó porque había muy mal ambiente y bajo rendimiento", explicó el abogado de la defensa, Carles Monguilod. Según el letrado, los hechos que denuncia Yolanda Pablo no son ciertos.
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