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sábado, 23 de enero de 2010

El contra-ejemplo chileno

En esta columna nos hemos congratulado por los triunfos electorales de Chávez, de Correa y de Morales. Desde el primer momento apoyamos la candidatura de Mujica y festejamos sus triunfos. Como a todos, nos gusta celebrar victorias, pero hubiéramos sido deshonestos si no hubiéramos advertido con los riesgos que conllevan juicios contundentes­ que en el continente se proyectaba un peligro inminente.

Bajo el título "Contrarrevolución y geopolítica regional" el pasado 2 de enero afirmamos: "¿Y qué no decir de la probable victoria de Piñera en Chile? Chile era o ¿sigue siendo? el modelo a imitar de Vázquez, de Astori y de otros frenteamplistas. Pero la experiencia de la Concertación indica el papel de la socialdemocracia, de la democracia cristiana y del liberalismo: hacer leves reformas que alivien la miseria para algunos, sin tocar las estructuras, hasta que el bloque dominante recobra, ante la indiferencia de las masas populares, la conducción del gobierno como parte de su poder general.

Los que persisten en "chilenizar" al Uruguay, de vencer su orientación liquidarán la experiencia del Frente Amplio. Al contrario de Chile debe concluirse que los movimientos populares que desafían al poder del imperialismo y de sus socios, aunque sea en mínima parte, están obligados a avanzar siempre interpretando las aspiraciones de sus pueblos, contra las reglas de juego del sistema. Si la aparición inesperada de Bachelet hace cuatro años, salvó la Concertación, la miopía política de quienes no se atrevieron a arriesgar la quiebra de esa Concertación admitiendo el retorno de Frei, la hunde ahora, y con ella pueden hundir a Chile.

Con la contrarrevolución en marcha, la nueva geopolítica regional dibuja desde Panamá al extremo sur chileno, recostada en el Océano Pacífico una América Latina satelizada, con la excepción de Ecuador, muy cercado. Y al este, otra América Latina que brega por su liberación, en una marcha sinuosa y contradictoria. El imperialismo, tigre de papel estratégico según Mao, tácticamente goza de colmillos afilados. Limitarse a "arreglar las veredas" sin prevenirse ante este tsunami ascendente o, a la inversa, afirmar que "todos son iguales" (Mujica o Lacalle, etc.) son manifestaciones de estupidez a combatir y erradicar. En ese combate nos va la vida".

No caeremos en la soberbia de indicarles a los chilenos los errores cometidos. El hecho real es que no pudieron o no supieron implantar el concepto de transformación profunda de todas las estructuras, que cuestiona, entre otras cosas, a la gran propiedad privada. Chile, bajo la responsabilidad directa de la Concertación, es el país de los múltiples Tratados de Libre Comercio, sometido a la condición de exportador perenne de materias primas, a las "leyes del mercado" y a la desigualdad irritante entre sus habitantes.

Pero sí reflexionamos como uruguayos para no repetir la experiencia chilena que ha contado con panegiristas significativos. El Congreso Zelmar Michelini del Frente ha indicado el camino: una profundización a la izquierda de las reformas concretadas en el actual gobierno. No sólo aprobó lo que Mujica denominó un "programa posocialdemócrata" sino que eligió al candidato que había planteado diferencias con la línea del gobierno de Vázquez. Muy lejos quedó en la votación el representante de la línea identificada con la Concertación chilena, Astori. Además, quedaron definidas en la instancia del Congreso y posteriormente, en la conformación de las alianzas electorales, dos grandes coaliciones. La más unificada, se agrupa en el "Frente Líber Seregni". A su izquierda, una amplia mayoría abarcó varios agrupamientos, con el peso principal de la 609, en base al MPP y al MLN.

Sus votantes pensamos que la corriente mayoritaria impulsaría la aplicación del programa del Congreso. Sin embargo, poco o nada se ha enunciado acerca del rol protagónico y regulador del Estado, de combatir la extranjerización y concentración de la propiedad, de orientar una política selectiva de las inversiones extranjeras, de ingresar al ALBA, de convocar a la Asamblea Constituyente. Pero lo más asombroso es el "invento a la uruguaya", pues para la Intendencia de Montevideo, el MPP votará por un candidato que no representa la línea mayoritaria del Congreso. De este modo, ante el "Frente Líber Seregni" la concertación a la uruguaya el MPP vira a la derecha, evidenciando su voluntad de aceptar esa hegemonía ideológica. Más aún, los ejes del futuro gobierno se encaminan a la reforma del Estado y de la Educación, tendientes fundamentalmente en el primer caso, a una reforma de la gestión. La eficiencia de la gestión se antepone y adormece otras cuestiones vitales acerca del Estado, como la propiedad, la función de las fuerzas armadas, los medios de comunicación, etc. Desde el enfoque de la izquierda, y no de los dirigentes del BID, sin negar importancia a la gestión, preguntamos: ¿Estado eficiente al servicio de qué intereses de clase? ¿Seguiremos el rumbo chileno?

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