Las olas de Nazaré, son junto a las Big Jaws, de
Hawaii, las más altas que se registran en el planeta, y fue aquí mismo
donde McNamara había fijado el récord anterior: viajó a lomos de una ola
que tenía 23,7 metros de altura. La ola de este martes, alcanzó los
30,4 metros.
A sus 45 años, McNamara es poseedor de varios títulos Billabong XXL,
premio que se otorga a las olas más peligrosas e imponentes que se
surfean en todo el mundo. En 2012, el surfista no solo había ganado el
trofeo por la ola más grande, sino también por la caída más peligrosa
del año: al resbalarse cayó casi en picada por una pared de 15 metros de
agua desplomándose, en Jaws, Hawaii.
Un hawaiano que arrasa, pero no es el campeón
El equipo del hawaiano Mc NaMara está seguro que el récord mundial ha
sido superado, pese a que Guinness aún debe certificarlo. “No tengo ni
idea de la magnitud de la ola…fue mi descenso más largo, pero todavía no
puede decir si fue más grande que la de 2011”, afirmó el surfista tras
su logro.
El campeón mundial de la especialidad, el australiano Joel Parkinson,
dijo que “si se confirma el tamaño, esto es de un fuera de serie”,
elogió a su tradicional rival. “Yo surfeé una ola 10 metros menor en
noviembre y fue una verdadera locura”, agregó el campeón.
La modalidad que ambos líderes mundiales del surf emplean es
considerada de las más peligrosas que existen: son remontados hasta la
cúspide de la ola por una moto acuática, que los deja allí solamente con
la tabla para que se dejen caer por la pared de agua hasta donde lo
logren.
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