Las urnas con las entradas del Madrid Arena se escondieron, y el empresario que organizó la fiesta, Miguel Ángel Flores, estaba presente en ese momento y lo supervisó.
Según los vídeos a los que ha tenido acceso ELMUNDO.es, los porteros de
la fiesta que costó la vida a cinco chicas trasladaron las ocho urnas
al pabellón Satélite apenas hora y media después de la tragedia. Pasaron
ante el promotor y las escondieron en el otro pabellón, que por cierto
Diviertt no había alquilado.
Flores pretendía así ocultar que había vendido casi 7.000 entradas más de las permitidas por el Ayuntamiento,
lo que habría causado la masificación y a su vez la avalancha en que
murieron las cinco jóvenes. El empresario declaró al juez López Palop
que no sabía dónde estaban las cajas con las entradas, y que había
vendido sólo 9.650. Del recuento judicial salieron 16.791 tickets. Las
imágenes muestran a Flores presente en el momento en que se ocultaron.
Los vídeos son muy esclarecedores. En torno a las cuatro de la
mañana, el revuelo en el Madrid Arena es inmenso. Los responsables de la
fiesta ya saben que algo grave ha ocurrido, y se reúnen con el
empresario propietario de Diviertt S.L., Miguel Ángel Flores. Algunos le
cuentan lo que ha ocurrido, mientras la máxima autoridad de la fiesta,
el trabajador de Madrid Espacios y Congresos Francisco del Amo, también
habla con el promotor.
Todos los responsables de la fiesta se van reuniendo poco a poco en la planta baja del recinto, concretamente en el portón de mercancías del Arena,
al que se accede desde las taquillas a través de una rampa exterior. Ya
pasadas las cinco de la madrugada, a las 5.25 horas más o menos, Flores
habla por teléfono frente al portón de mercancías.
En ese momento, se ve cómo uno de sus empleados baja con dos grandes cajas
de casi un metro de altura, provistas de ruedas. Son las primera urnas
con entradas. Este hombre y los siguientes que trasladan las urnas pasan por delante de Flores.
Hay que recordar que la rampa del portón de mercancías comunica con la explanada donde estaban las taquillas.
Allí había vallas para hacer filas de gente y ocho taquillas, cada una
con un ordenador portátil, con el que comprobaban la autenticidad de las
entradas, y una urna para ir almacenando los tickets.
En apenas unos minutos todas las urnas han entrado por el portón de
mercancías. Pero los empleados no llevaron estas urnas al propio Arena,
sino al pabellón satélite, un edificio anexo que no
estaba incluido en el contrato de esta fiesta. Sin embargo, Flores y los
trabajadores de Diviertt sí lo conocían porque en otras ocasiones lo
habían alquilado. Por eso también sabían que desde el propio Arena se
puede acceder al pabellón satélite. Desde el portón de mercancías hay apenas 10 metros hasta la puerta interior del pabellón satélite.
La Policía tardó 16 días en encontrar las urnas con las entradas, y estas, una vez hecho el recuento, son la principal prueba de cargo contra el empresario.
En el recuento se descubrió que habían vendido un 58% más de tickets de
los permitidos, por lo que el exceso de aforo fue evidente, y la
principal causa, aunque no la única, que hizo que se produjera la
avalancha que costó la vida a cinco chicas.
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