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lunes, 23 de julio de 2012

España entra en el ojo del huracán con la prima en máximos históricos

Ni un momento de respiro. Tras la nefasta jornada del viernes, cuando una improvisada pero no inesperada petición de rescate de la Comunidad Valenciana con los mercados abiertos disparó las alarmas, la presión contra España y, por extensión, sobre Italia, continúa y marca nuevos máximos ante la incertidumbre de si necesitarán un rescate integral de sus economías. Con las dudas de los mercados sobre estos países, dos de los grandes del euro, disparadas, la prima de riesgo que exigen los inversores por los bonos españoles a diez años en relación con los alemanes ha tocado por primera vez en la era euro los 642 puntos básicos (6,42 puntos porcentuales). La rentabilidad de estos títulos, por su parte, ha rebasado el 7,5%, un nivel desconocido desde 1996. El viernes, el riesgo país acabó la semana en 610 puntos, algo inédito en la base de datos de la agencia de información económica Bloomberg, que arranca en 1993.

En las Bolsas y en los mercados de divisas también se han multiplicado las ventas, lo que ha llevado al español Ibex 35 a ceder hasta un 3,5% —a punto de decir adiós a los 6.000 puntos— y al euro a ahondar sus mínimos frente al dólar de los últimos dos años (1,208 unidades del billete verde). En el resto de plazas de referencia del Viejo Continente las caídas a la hora de la apertura iban desde el 2,7% de Milán al 1,25% de Fráncfort con Londres y París dejándose un 1,5% y un 1,7%, respectivamente. Al frente de los recortes en la Bolsa de Madrid se han situado los bancos, que de media retrocedían un 4,20%.

Además, para añadir más gasolina al fuego, Grecia, cuya situación había pasado a un segundo plano a la espera de que el nuevo Gobierno se pusiera en marcha, ha vuelto a acaparar la atención de los inversores. El motivo ha sido el aviso lanzado por las autoridades alemanes de que no habrá más dinero del rescate hasta que no avance en sus objetivos de reducción del déficit.

Con este panorama de alta incertidumbre en torno al futuro de la eurozona y sin noticias del BCE, el único que podría parar la sangría saliendo a comprar deuda de los países en apuros, la prima de riesgo italiana también ha empezado la sesión con fuertes subidas. Las ventas sobre la deuda del país transalpino han llevado a su diferencial con Alemania a subir en 26 puntos básicos para cotizar en 526.

Los expertos consultados por este periódico ven difícil que en esta situación España no se vea obligada a pedir el rescate total. El ministro de Economía, Luis de Guindos, debe comparecer este lunes ante la comisión de Economía del Congreso para explicar el rescate bancario y al día siguiente se entrevistará con su homólogo alemán, Wolfgang Schäuble, en Berlín. El Gobierno lleva semanas repitiendo que la deuda a 10 años sobre el 7% es insostenible para que el país pueda seguir financiándose por su cuenta, el factor clave para verse abocado a un rescate integral en la línea de los que han solicitado Grecia, Portugal o Irlanda. No obstante, el repunte de las dudas también está pasando factura a los otros tramos del papel del Estado.

Así, tanto el bono a dos años como lo que vencen en 2015 o 2017 también están en máximos de la era euro en el 6,25%, el 7,03% y el 7,20%. Al mismo tiempo, el precio de asegurarse contra un eventual impago por parte de España ha tocado máximos históricos, lo que abunda en la tesis de que el país está perdiendo la confianza de los inversores a marchas forzadas.

La aprobación por parte del Eurogrupo del paquete de hasta 100.000 millones de euros en ayudas a la banca española el pasado viernes no ha servido para disipar la incertidumbre sobre la deuda española, incrementada incluso tras conocerse la decisión de los Gobiernos valenciano y murciano de pedir la adhesión al mecanismo de la liquidez autonómica aprobado por el Consejo de Ministros en su reunión del pasado 13 de julio.

Por su parte, el Banco Central Europeo (BCE) anunciaba también que deja de aceptar por el momento los instrumentos de deuda emitidos o plenamente garantizados por el Gobierno griego como avales en las operaciones de política monetaria del Eurosistema. En este sentido, las palabras pronunciadas este fin de semana por el presidente de la entidad, Mario Draghi, sobre el papel del organismo emisor asegurando que "el BCE no está para resolver los problemas financieros de los Estados” han empeorado más si cabe la situación.

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