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martes, 24 de julio de 2012

Damasco se recupera de enfrentamientos armados

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Damasco, 24 jul (PL) La capital siria presenta hoy lentamente la imagen de recuperación aún poco apreciada por el recogimiento del Ramadán y los efectos de tensas jornadas de enfrentamiento de las fuerzas gubernamentales a las bandas armadas, apoyadas desde el exterior.

El gobernador de Damasco, Bisher al-Sabban, afirmó este lunes que en un lapso de cinco días será rehabilitada la infraestructura en el barrio de Al Qabun, uno de los principales centros de enfrentamientos contra los armados, muchos de ellos de probada procedencia extranjera.

Luego de recorrer el área de este distrito damasquino, al-Sabban señaló la existencia de graves daños en las tres plantas de energía eléctrica y añadió que estas serán puestas en funcionamiento nuevamente en menos de 72 horas.

El gobernante capitalino explicó que los terroristas dañaron el 30 por ciento de la red de abastecimiento de agua potable y aseguró que se toman las medidas necesarias para restablecer el servicio en esta zona.

Esto indica que no solo fue una ofensiva para sacar a las bandas armadas de sus reductos, sino también existe una acción coordinada de las autoridades para solucionar en el menor tiempo los daños, sin dejar abandonada a sus suerte a la población, desplazada por los choques armados.

La víspera, en horas de la tarde-noche, durante un recorrido por varias zonas habitualmente concurridas de Damasco, Prensa Latina pudo apreciar que la vida comienza a reanimarse.

No obstante, aunque había aún establecimientos abiertos, el emblemático mercado de Hamidiyeh, en la parte histórica, estaba desolado, lo que debe cambiar en menos de 10 días, dijo un comerciante.

Akram, como se hace nombrar el vendedor, señaló que en estos primeros días del recogimiento a causa del Ramadán hay pocas ventas y la gente se va temprano para terminar el ayuno diario. En las próximas jornadas volverá el dinero y los clientes al mercado, afirmó.

A esa hora de la tarde, los pocos establecimientos abiertos cerraban y las calles se tornaban más tranquilas.

Al otro extremo, en Chek Saa, en el barrio de Mezzeh, gran cantidad de mercados de comida, jugos, pan y frutas, ofertaban productos necesarios para cuando ocurriera la caída del sol y las familias celebraran el fin del ayuno musulmán durante todo la jornada.

Tal vez en horas tardes de la noche, otros comercios abrieran, pero lo que si es evidente que la alarma de días anteriores comienza a ceder y los damasquinos comienzan a recuperar espacios.

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