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lunes, 2 de abril de 2012

Un helicóptero de calle


Un coche volador que pueda ser conducido y pilotado por cualquier automovilista, este podría ser el resultado final del proyecto que acaba de poner en marcha el Ejército de Estados Unidos. Se trata del Transformer (proyecto TX), un revolucionario modelo de vehículo todoterreno capaz de convertirse en una especie de helicóptero y que podría ser manejado por cualquier soldado.
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Desde la II Guerra Mundial el Ejército estadounidense había probado diversas fórmulas para dotar a sus tropas de un cierto grado de aeromovilidad. Para ello probó desde una versión de jeep transformable en helicóptero, hasta la mochila voladora, pero ninguna solución resultó satisfactoria.

Ahora, enfrentado con un mundo plagado de conflictos de baja intensidad -como Afganistán o Filipinas- el Pentágono ha diseñado una nueva estrategia. Este nuevo rumbo, basado en el despliegue de pequeñas unidades -que llevan a cabo tanto funciones de defensa como de ayuda a la población local-, sustituye a la utilización de grandes contingentes, como los que participaron en la Guerra del Golfo, de 1991, y en la posterior invasión de Irak.

Y aquí surge el problema, ¿cómo dotar de movilidad a estos destacamentos, enclavados la mayoría de las veces en territorio hostil? ¿cómo aprovisionarlos? ¿cómo relevarlos? ¿cómo evacuar a las bajas?
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La respuesta lógica sería el helicóptero, pero ni Estados Unidos dispone de las suficientes aeronaves, ni tampoco tiene tantas bases y las existentes, como es el caso de Bagram, en Afganistán, estas congestionadas, operan al límite de su capacidad y ni tan siquiera así dan abasto.

La respuesta a las nuevas necesidades podría ser el Transformer. Se trata de un Humvee (el hermano militar y antecesor del Hummer) capaz de despegar verticalmente y de volar para salvar zonas intransitables, áreas propicias para las emboscadas o para, simplemente, sortear atascos.

Lo novedoso, y lo más interesante, del proyecto TX es que prevé un sistema de vuelo semiautónomo que permitirá que cualquier soldado lo maneje, aunque nunca haya pilotado un avión.

El desarrollo del TX costará unos 50 millones de euros y tendrá capacidad para cuatro personas. La autonomía del vehículo será de unos 450 kilómetros por tierra y por aire. El vehículo aterriza y despega de forma totalmente vertical, aumentando su capacidad para acceder a terrenos difíciles.
Proyectos 'opacos'

El Departamento de Investigación de Proyectos Avanzados de Defensa (Darpa), responsable de los desarrollos opacos del Pentágono, se ha dado un plazo de 12 a 15 meses para estudiar la viabilidad del proyecto TX.

Entre los socios seleccionados figura la firma Terrafugia, una empresa fundada por ingenieros del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) que ha desarrollado el Transition, el primer avión rodante comercialmente viable.

Las primeras unidades de este vehículo, que ya ha realizado sus pruebas de vuelo y ha superado las normas anticolisión para automóviles diseñadas por las autoridades de tráfico estadounidenses, serán entregadas el próximo año.

En caso de que el Transformer resulte viable -y el Ejército y los marines parecen muy interesados por él- no cabe descartar que se repita la historia del Humvee y su secuela civil Hummer. De hecho, un vehículo con las limitaciones del Transition -requiere licencia de piloto y una pista de vuelo- ya cuenta con pedidos en firme.

El Transformer civil ofrecería la ventaja de ser el primer coche volador de la historia, no un avión rodador más. Sus sistemas automáticos de vuelo lo harían manejable por cualquier conductor, aunque parece improbable que llegue a ser vendido fuera de Estados Unidos y, tal vez, Australia y Canadá.