París, 14 ene (PL) La degradación de la nota crediticia a Francia causa hoy aquí un intenso debate, cuando faltan apenas 14 semanas para la celebración de la primera vuelta de las elecciones presidenciales.
Este viernes la agencia Standard & Poors (S&P) rebajó la Triple A de que disfrutaba la nación gala a una Doble A Positiva.
El ministro de Economía y Finanzas, François Baroin, confirmó la noticia y, aunque aseguró que no es una buena nueva, tampoco se trata en ningún caso de una catástrofe, dijo.
Baroin repitió la aseveración del presidente Nicolás Sarkozy en su mensaje de fin de año, de que las agencias de calificación no dirigirán el rumbo del país.
Sin embargo para el candidato a la presidencia por el Partido Socialista, François Hollande, fue la política económica dirigida por Sarkozy durante los últimos cinco años la que resultó degradada, no Francia.
En este sentido el especialista en cuestiones económicas Pierre Ivorra recordó que las medidas de ajuste impuestas por las autoridades hicieron crecer el desempleo y disminuyeron el consumo, encaminando al país a la recesión.
Los daños causados por la crisis global de 2008 y la falta de compromiso del sistema bancario para financiar la creciente deuda pública y otorgar créditos a familias y pequeños negocios, terminaron de crear las condiciones para la degradación, dijo Ivorra.
Respecto a las consecuencias inmediatas, el economista Norbert Gaillard prevé un efecto dominó sobre los gobiernos locales y las empresas francesas que cotizan en los mercados financieros, cuyas deudas se encarecerán y sus acciones perderán valor.
A la larga esto terminará repercutiendo en la economía real de las familias, coinciden en señalar varios expertos.
Donde también habrá un efecto inmediato es en el terreno de la política regional e interna, opinan.
En plenos preparativos para la cumbre de la Unión Europea de fines de enero, la posición de Francia quedó disminuida respecto a Alemania, cuya nota máxima fue ratificada.
Al interior del país, el tema de la degradación crediticia se incorporó automáticamente a la campaña electoral y puede afectar en alguna medida las intenciones de Sarkozy de reelegirse en los comicios de abril y mayo
Este viernes la agencia Standard & Poors (S&P) rebajó la Triple A de que disfrutaba la nación gala a una Doble A Positiva.
El ministro de Economía y Finanzas, François Baroin, confirmó la noticia y, aunque aseguró que no es una buena nueva, tampoco se trata en ningún caso de una catástrofe, dijo.
Baroin repitió la aseveración del presidente Nicolás Sarkozy en su mensaje de fin de año, de que las agencias de calificación no dirigirán el rumbo del país.
Sin embargo para el candidato a la presidencia por el Partido Socialista, François Hollande, fue la política económica dirigida por Sarkozy durante los últimos cinco años la que resultó degradada, no Francia.
En este sentido el especialista en cuestiones económicas Pierre Ivorra recordó que las medidas de ajuste impuestas por las autoridades hicieron crecer el desempleo y disminuyeron el consumo, encaminando al país a la recesión.
Los daños causados por la crisis global de 2008 y la falta de compromiso del sistema bancario para financiar la creciente deuda pública y otorgar créditos a familias y pequeños negocios, terminaron de crear las condiciones para la degradación, dijo Ivorra.
Respecto a las consecuencias inmediatas, el economista Norbert Gaillard prevé un efecto dominó sobre los gobiernos locales y las empresas francesas que cotizan en los mercados financieros, cuyas deudas se encarecerán y sus acciones perderán valor.
A la larga esto terminará repercutiendo en la economía real de las familias, coinciden en señalar varios expertos.
Donde también habrá un efecto inmediato es en el terreno de la política regional e interna, opinan.
En plenos preparativos para la cumbre de la Unión Europea de fines de enero, la posición de Francia quedó disminuida respecto a Alemania, cuya nota máxima fue ratificada.
Al interior del país, el tema de la degradación crediticia se incorporó automáticamente a la campaña electoral y puede afectar en alguna medida las intenciones de Sarkozy de reelegirse en los comicios de abril y mayo
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