Berlusconi - según algunas fuentes cercanas consultadas por la agencia Ansa - no tiene intención de dimitir hasta que un voto parlamentario le deje en minoría.
Los aplausos y los comentarios fueron entusiastas en la platea: hombres y mujeres que siguieron al ex líder de Alianza Nacional (partido que heredó y limpió el post fascismo) cuando fue expulsado del PDL o que amplían sus filas día tras día, dejando el barco de Il Cavaliere que se hunde para saltar al nuevo. Los temas de Fini son los mismos que se han ido perfilando en los últimos meses: voz moderada, que predica la moralidad y la legalidad en la política (estocada para Berlusconi y los últimos escándalos), actitud disponible hacia "los que vienen de lejos para trabajar en nuestro país" (es partidario del voto de los inmigrantes) y atención hacia el Sur del país (estocadas, éstas, para la Liga Norte). Con estas pautas Futuro y Libertad pretende ser la tercera pata del Gobierno de Berlusconi, un Gobierno que, a pesar de todo, seguían apoyando.
Pero las cosas podrían cambiar muy pronto y Futuro y Libertad pretende transformarse en la "nueva derecha italiana". "Así no tiene sentido seguir y sobre todo es imposible", clamó Fini. Y como prueba de que no habla por hablar sino que esta vez va en serio, los miembros de esta formación con un papel en el Gabinete, han puesto sus cargos a disposición de Fini. Son cuatro - un ministro, un viceministro, ahora a la espera de ver cómo contesta Il Cavaliere. "Nuestro problema no es hacer el juego de la cerilla y esperar por ver quién desenchufa el respirador del Ejecutivo, porque está claro que si seguimos con tácticas y trampillas, los que apaguen la luz serán los italianos, cansados de un Gobierno que no gobierna". Según Fini el Pdl "ha perdido la dirección", "el pulso del pueblo" y decide sus prioridades secundando intereses particulares y "el chantaje de la Liga". "Existen al menos dos urgencias más fuertes: la reforma de la ley electoral y las inversiones para poner en marcha la economía", siguió.
"Berlusconi tiene que decir si se conforma con seguir navegando a vista, capeando las emergencias, sin proyectos de largo plazo, con tal de no perder su puesto en el Palazzo Chigi (la Moncloa italiana). Vamos a respetar lo que decida, porque tenemos la consciencia tranquila", cerró el presidente del Congreso. De aquí comienza la cuenta atrás del tercer ejecutivo de Silvio Berlusconi.
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