Con el cadáver aún tibio del ex dictador Emilio Massera, que encabezó la junta militar de la 'guerra sucia' y falleció ayer a los 85 años, la prensa argentina saca este martes a la luz algunas de sus aventuras extramatrimoniales.
Entre las 'conquistas' atribuidas al almirante figura un presunto amorío con la mediática modelo y actriz Graciela Inés Alfano, una mujer muy atractiva de joven, en los años 70, cuando copaba las portadas de las revistas del corazón.
Por entonces el espía chileno Enrique Arancibia Clavel estaba radicado en Buenos Aires y seguía a Massera sin perderle los pasos. En uno de sus cables a la DINA, policía política de la dictadura de Augusto Pinochet, se refirió al asunto.
"Sobre más antecedentes de Graciela Alfano, la actual amante de Massera, puedo informar de que ésta es actriz y modelo. Está con Massera desde hace 6 meses. Últimamente se ha sabido de costosos regalos que le fueron hechos (departamento, pieles, joyas, etc.)", escribió el espía.
Bajo el seudónimo de 'Luis Felipe Alemparte Díaz' también informó de que "el padre de la Alfano se está postulando para ser el futuro presidente del Club River Plate. Aclaró que estas elecciones son verdaderas carreras de gastos y demagogia. Se descuenta que tendrá el apoyo importante de Massera".
E incluso prometió "enviar oportunamente más antecedentes sobre la Alfano", no sin antes detallar que "anteriormente Massera tenía como amante a una modelo publicitaria, que hacía la propaganda de los cigarrillos Jockey Club".
Esos informes del espía chileno, que también reportaba la política armamentista de la dictadura argentina, consignaban que se nutrían de los archivos secretos del Batallón de Inteligencia Militar 601 de Argentina.
Alfano, ahora de 57 años, ha desmentido en reiteradas ocasiones haber sido amante de Massera.
La prensa argentina también recordó que Massera mantuvo una relación sentimental con Martha Mc Cormack, cuyo esposo, Fernando Branca, nunca más volvió de un paseo a bordo del yate del almirante por el delta bonaerense.
A Massera le gustaba presumir y exhibirse disfrutando de la noche porteña en la discoteca de moda, Mau-Mau, y la tanguería El Viejo Almacén. De día, en cambio, conducía con mano de hierro el exterminio de opositores a la dictadura, que dejó miles de desaparecidos.
Según el libro 'Massera, el genocida' también tuvo una relación amorosa con la escritora Marta Lynch, que luego se suicidó.
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