En la mañana del pasado jueves fueron aprehendidos por policías de la Seccional 2 a sanducera con apoyo del grupo GEO y de Investigaciones, en la zona Oeste de la capital de Paysandú, los responsables del arrebato que sufriera una motociclista y profesora Romina Mónica Severo Pérez, de 27 años, en la noche del pasado 24 en Av. Soriano y Guayabos, y que le costara la vida al caer con su rodado tras ser arrollada por un transporte de pasajeros.
Se trata de dos adolescentes de 17 años, con varias anotaciones policiales, a los que se les incautó una moto Winner FIRE de 110 c.c. sin matrícula y la cartera de la víctima la que contenía documentación personal, una alhaja y un monedero vacío.
Tras la audiencia judicial, el juez actuante resolvió el procesamiento con prisión de Lilia Beatriz Silva como "autora de un delito de omisión de los deberes inherentes al ejercicio de la patria potestad" y como medida cautelar, la internación provisoria en dependencias del INAU de ambos adolescentes por "homicidio a título de dolo eventual en calidad de autor".
Familiares, amigos, compañeros del centro de estudios y vecinos de Mónica efectuaron una marcha, convocada por compañeros de estudio de la víctima, la que se concentró en el monolito contra la "Violencia de la mujer" emplazado en Plaza Constitución, frente a la sede judicial.
Allí, familiares y amigos de la malograda madre realizaron lo que denominaron "la Marcha del Silencio". La gente que se acercó al lugar, a pedido de los organizadores, llevaba rosas blancas y jazmines.
Los asistentes iniciaron la movilización con un aplauso que se extendió por varios minutos. "No hay que matar a nadie, lo que hay que hacer es parar con la droga, y tener más seguridad", dijo conmocionado Carlos, un compañero de estudios.
Más tarde, una turba enardecida quiso linchar a los infanto juveniles autores del arrebato fatal, entre los que está "el Maykol", autor material de la rapiña, cuenta en su haber con más de 60 anotaciones.
Un grupo de personas infiltradas protagonizaron violentos incidentes en el centro de Paysandú durante la movilización en repudio al crimen.
Unos 70 policías reprimieron para que los graves problemas no pasaran a mayores, ya que los jóvenes estaban destruyendo los vidrios del frente del Poder Judicial sanducero.
Usaron gases lacrimógenos, lo que obligó a los 15 revoltosos a replegarse unos 100 metros. Desde allí resistieron la represión de la Policía, que recién avanzó cuando el acto central pacífico finalizó, alrededor de las 23.
Sin embargo, esa hora de cruces entre manifestantes y efectivos policiales alcanzó para que los jóvenes destruyeran, además de los cristales del juzgado y un patrullero, ya que, a cada avance de la fuerza policial le seguía una lluvia de piedras por parte de los encapuchados.
Pasadas las 23, la Policía avanzó dispersando con balas de goma y gases lacrimógenos a los jóvenes, lo que provocó corridas y unas 15 detenciones.
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