Un importante proveedor de bocas de distribución de pasta base, cuyo centro de operación estaba en el barrio Casavalle, fue enviado a la cárcel luego de que en un operativo del departamento de Orden Público se incautaran 32.140 dosis de dicha droga, que pesaban más de tres kilos.
Pesquisa. La mercancía habría llegado hace poco; ahora buscan al proveedor.
Junto a este distribuidor de estupefacientes fue enviada a la cárcel una de sus vecinas, a quien él le pagaba para guardar la mayor parte de la droga en su casa.
Con estos procesamientos la investigación se disparó en dos direcciones, por un lado tratar de determinar quien le traía la droga al ahora procesado y de donde provenía la misma, y cuáles eran los centros de distribución o "bocas" de venta que el abastecía.
Todo comenzó cuando los investigadores del departamento de Orden Público obtuvieron una información que daba cuenta de que existía un sujeto poseedor de antecedentes penales, que se estaría encargando de abastecer una gran cantidad de puntos de venta de pasta base en varias zonas de Montevideo.
De esta forma se determinó que el mismo vivía en una finca en las inmediaciones de Capitán Tula y Don Pedro de Mendoza, la cual fue allanada.
Allí se detuvo al dueño de casa, identificado como JDB de 45 años, incautando en su casa un revólver calibre 38 y una cantidad menor de pasta base; pero los investigadores tenían el dato de que el sujeto le pagaba una especie de alquiler a una vecina para que la guardara la droga: justamente para evitar un allanamiento y salir airoso, aunque no corrió con esa suerte.
La casa de dicha vecina, identificada como MBLC, de 38 años, quien estaba junto a su hija, fue ubicada y allí se secuestró la mayor cantidad de la droga.
En total se incautaron más de 300 tizas de pasta base, con un peso total de 3,214 kilogramos, que separado por dosis daba unas 32.140.
Vale informar que cada tiza tiene un peso aproximado a los 10 gramos y equivalen a unas 100 dosis con un valor en el mercado de entre 30 y 50 pesos.
Según fuentes policiales, la capacidad operativa de este sujeto era tal que en cuestión de 5 a 6 días era capaz de vender toda esa droga en las distintas "bocas" que abastecía.
Otro dato a tener en cuenta es que la manera en que estaba acondicionada la droga daba la pauta de que el cargamento no hacía mucho tiempo que había sido recibido, por lo cual se trabaja con celeridad para determinar quién le hizo llegar la mercancía, que según se pudo determinar proviene de Argentina.
El hombre como la mujer terminaron siendo procesados con prisión por el "Artículo 31, del Decreto Ley 14.294", en la modalidad de tenencia no para el consumo, aunque no se descarta que con el correr del procedimiento la carátula del caso sea modificada.
Ubican un "boca"
Paralelamente con el procedimiento anterior, un equipo del Grupo Antidroga de la 3ra zona, realizó un procedimiento en Colón, logrando cerrar una "boca" de distribución de pasta base que era manejada por una mujer con antecedentes por igual delito.
Los investigadores recibieron datos de que en una finca de la calle Lanús se expendían estupefacientes.
Ante esto se montó una discreta vigilancia en el sitio, observándose el ingreso de diferentes personas y su permanencia por poco espacio de tiempo, los cuales al salir era detenidos, incautándose pequeñas dosis de pasta base, que aceptaron consumir, así como comprar en dicho lugar.
Así fue que orden de allanamiento mediante se ingresó a la finca, incautándose ocultos en un placard una tiza de pasta base, cinco envoltorios de la misma sustancia prontos para ser vendidos, así como trozos de nylon con restos, usados en la casa para consumo; siendo la responsable su moradora, identificada como Mabel Gladys González Collazo, de 33 años, con un antecedente penal de junio del año pasado por un hecho similar, siendo ahora nuevamente procesada por "tenencia de estupefacientes".
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